Ojos azules en Kabul

Título: Ojos azules en Kabul

Autora: Anabel Botella

Editorial: Plataforma Neo

Páginas: 367

Sinopsis:

A Saira nunca le ha gustado su aspecto. Es rubia, tiene los ojos azules y todos la llaman kharami, o lo que es lo mismo, bastarda. Vive en Afganistán con su hermana, su madre y su abuelo, y cree tener ocho años. Cuando Ramin −un hombre cruel y fiel seguidor de los talibanes− entra en su vida, la desgracia se cierne sobre su familia para siempre. Pero no todo está perdido para Saira. La pequeña logra viajar a Valencia gracias a las tropas españolas y crece envuelta en el cariño de su familia de acogida, aunque las pesadillas de su pasado no dejan de visitarla. Cuando Pablo le ofrezca la posibilidad de abrirse al amor, ¿conseguirá sanar las heridas de su niñez y empezar a ser feliz?

Opinión:

Hay libros de los que leo muy buenas opiniones pero aun así por el tipo de historia, lo de que viva en Afganistán en este caso no sé bien qué me parecerán aunque me llamen la atención. Esto me pasaba con Ojos azules en Kabul y al final me ha gustado bastante más de lo que esperaba. Aunque ya sabía que esta historia tiene dos partes bien diferenciadas y sí, claramente una ha sido mejor que la otra que es para mí lo negativo de la historia.

La primera parte consiguió atraparme desde las primeras páginas, me encontré una historia dura, desgarradora y llena de injusticia. Además me gustó mucho el que la protagonista fuese una niña y su inocencia al ver todas las injusticias que le ocurrían a ella y a su familia. Y es que no solo lo he pasado mal con Saira que enseguida se hace querer, también con su hermana que la protege y la cuida y su madre que a pesar de todo demuestra mucha fuerza. Decir que he sentido asco por Ramin sería quedarme muy corta. Una de las cosas que más me han gustado es que me sentía totalmente dentro de la historia.

 La segunda parte ya me gustó bastante menos, la sinopsis cuenta todo el libro por lo que puedo comentarla un poco, pasamos de una historia dura a la vida superficial, seguía habiendo complicaciones e injusticias pero de otra manera. Saira seguía siendo un gran personaje y es lo que más me gustó de esta parte, ver su madurez, como pasó de ser una niña a una adolescente y cómo todo lo que tuvo que pasar le afecta.  El problema fueron los nuevos personajes secundarios que aparecen en la historia, no conecté con ellos, me eran indiferentes.

Me sentía más metida en la historia en la parte que conocía menos que en la que me resultaba cercana. Cuanto más leía menos me iba gustado la segunda parte pero al terminar la novela me he dado cuenta de que también era necesaria. Son partes muy distintas pero las dos tratan sobre lo mismo, el maltrato a las mujeres. En Afganistán parece que solo están para eso, no son nada ni tienen ningún derecho.

Es una lectura distinta que se aleja totalmente de lo que nos encontramos ahora en los libros juveniles y sin duda vale la pena leerla. A pesar de que la segunda parte haya sido notablemente más floja solo por lo que cuenta la primera hay que leerlo.