Título: Rojo, blanco y sangre azul
Autora: Casey McQuiston
Editorial: RBA
Páginas: 496
Sinopsis:
Alex Clarademont-Díaz, el hijo milenial de la presidenta de los Estados Unidos, es un tesoro para el marketing de la Casa Blanca: atractivo, carismático e inteligente. Lo que nadie sabe es que no soporta al príncipe Henry, el hijo de la reina de Inglaterra. Así que, cuando la prensa sensacionalista se hace con una fotografía que refleja un altercado entre Alex y Henry, las relaciones entre Estados Unidos y el Reino Unido se enfrían. Ambos países trazan un plan para paliar los daños. lo que empieza como una falsa amistad, publicada en Instagram, se va transformando en algo más profundo de lo que Alex y Henry podrían haber imaginado.
¿PUEDE EL AMOR CAMBIAR EL MUNDO?
Opinión:
He quedado muy contenta con Rojo, blanco y sangre azul. Era una novela que tenía muchas ganas de leer por las buenas opiniones que tiene, y aunque cuando la empecé parecía que no me iba a gustar tanto como esperaba, al final lo ha hecho. Es una historia que va a más.
Lo que temía que no me gustase es la parte política. Y resulta que en un principio lo que me estaba fallando era el romance. Más que nada porque cada vez que Alex y Henry se veían era para tener sexo. Lo de que tuvieran que hacer paripé para que la prensa creyese que tenían una buena relación pensé que sería de otra manera, con más momentos entre ellos, pero es algo que pasa rápido. Echaba en falta que hablasen y ver ese cambio por parte de Alex, cómo pasa a dejar de ver a Henry como alguien aburrido, y eso es lo que me he encontrado. La historia deja de ser solo contarnos sus encuentros para pasar a dar momentos más emocionantes haciendo que esta pareja me ganase completamente.
En cuanto a la política es la parte que no me gustaba de la historia y más cuando en las primeras páginas te cuenta la situación del protagonista, pero al final es algo que se termina mezclando muy bien con la trama romántica. Lo que yo quería era que Alex siguiese pensando en Henry y se dejase de tanta política y hay que decir que lo hace, lo de pensar en Henry y centrarse en su relación, por eso me ha gustado tanto esta historia, me ha dado lo que quería leer.
Siendo el príncipe de Inglaterra y el hijo de la presidenta de los Estados Unidos está claro que no lo van a tener fácil en su relación, pero los malos momentos no tienen tanto peso en la historia como creía.
Los correos que se envían Alex y Henry han sido de lo mejorcito. Están llenos de amor y sentimiento.
Además hay partes de la historia en las que hay bastantes referencias pero no ha sido citar o nombrar personajes porque sí, sino que tiene sentido para la historia, para que los protagonistas se expresen.
Los protagonistas me han encantado. De Alex hay que destacar lo rápido que acepta sus sentimientos y lo directo que es ya que en varias ocasiones es quien se lanza a por lo que quiere sin estar comiéndose la cabeza. Y aunque Henry no tiene ese punto de ser tan lanzado, sabe lo que quiere pero no cree que pueda tenerlo, también ha tenido sus momentos. Al principio me gustaba más que Alex pero este va ganando cada vez más puntos.
Los secundarios no destacan pero han tenido su papel en la historia.
Una cosa curiosa que tiene el dolor es que te roba tu vida entera, todos esos años fundacionales que lo convirtieron a uno en lo que es en la actualidad, y resulta tan doloroso rememorarlos debido a la ausencia que se siente ahí, que de repente se vuelven inaccesibles.